Tremendo día el del arlequín.
Cuando ya no quedaba nadie ni nada que oyera lo que el tenía para contar, decidió devorar entera a su compañera de celda.
Y lentamente ella se asomaba por los poros de su piel... .
No! No la mató, sólo se fusionaron. El cada vez más transparente y ella... más linda.
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